sábado, 26 de febrero de 2011

“Blanquillo y Santanero de Corazón”

Esta entrada está dedicada una persona que ha entregado fielmente su Vida por su Hermandad y por la Ermita Santa Ana, se trata de Manuel González Juárez, quien ha sido Tercer Hermano Mayor durante 20 Años (4 Legislaturas). En su andadura como Hermano Mayor, hemos de destacar la Fundación de la Romería de San José Obrero (Titular de Nuestra Hermandad) concretamente en 1976 celebrando Nuestra Primera Romería.Como se titulaba el Documento hablando sobre su Vida en Nuestra Hermandad de Nuestro Boletín de Cuaresma del Año 2008, “Blanquillo y Santanero de Corazón”, así se siente Él desde siempre por su vinculación con la Hermandad y con su Madre de las Angustias que siempre la lleva en su Corazón.


                                     Manuel González Juárez                                  
                                  Hermano Mayor 1961 - 1981



Nació en Estepa un lunes 10 de marzo de 1930, hijo de Manuel González y de Matilde Juárez, ocupando el primer lugar de 5 hermanos. 

Siendo un niño, con tan solo 7 años se dedicaba a ayudar a sus abuelos en la panadería. Más tarde comenzó a trabajar en el campo hasta cumplidos los 17 años, edad con la cual se integró en la profesión de la construcción con la empresa de D. Luis Martín  Juárez donde estuvo todo el tiempo hasta que la empresa cerró. Al principio comenzó como peón de la construcción realizando los trabajos más rudimentarios de la profesión. Con el paso de los años ascendió a albañil, hasta ocupar un puesto de encargado en la empresa durante 20 años.

Paralelamente realizó diversos trabajos como: en los mantecados por las noches, caseta de feria y chiringuito en el Cerro de San Cristóbal (los frailes) durante los veranos; todo esto para darnos lo mejor posible a la familia.

El 21 de julio de 1955, mismo año de fundación de la Hermandad, contrajo matrimonio con Manuela Fernández González, dejando como descendencia 6 hijos: Manolo, José Antonio, Mª Pilar, Francisco Jesús, Lourdes y Margarita. De todos nosotros, gracias papá, por educarnos bajo la protección de María Santísima de las Angustias, por enseñarnos a confiar en la Virgen, por amar a nuestros hermanos y enseñarnos la profesión. 


Desde el primer momento de su fundación perteneció y pertenece como fiel cristiano a esta Hermandad Obrera, habiendo ocupado el puesto de Hermano Mayor en 3º lugar tras Juan Borrego, manteniendo dicho cargo durante 20 años (4 legislaturas) y haciendo cumplir las normas de sencillez, austeridad y caridad, que siempre quiso remarcar con los hermanos pobres y desamparados. 

Durante sus años de mandato, llevó a cabo importantes y necesarias actuaciones en la Hermandad como dos restauraciones de la imagen de la Virgen de las Angustiasen la Escuela de Bellas y Artes por el restaurador Macías, el inicio de la construcción de la actual Casa Hermandad y la organización de la Primera Romería en honor a nuestro titular San José Obrero.

Terminada su misión como Hermano Mayor accede al cargo de santero, ocupándose así del cuidado y mantenimiento de la Ermita con la ayuda de su familia: esposa, hijos e hijas y los nietos mayores que además de ocuparse de la limpieza de la Ermita llevan a cabo la tarea de monaguillos desde los 8 años de edad.

Llegado el tiempo de Cuaresma, recordamos desde muy pequeños los preparativos que se llevaban a cabo para la Semana Santa. Nuestro padre se reunía frecuentemente con Horacio Mesas (tesorero), Rafael Manjón (secretario) y otros; dos hombres al servicio de la Hermandad durante muchos años, para organizar los Actos Cuaresmales y de Semana Santa.

Las tareas de limpieza y preparativos se nos iban enseñando para ir entrando en la vida cofrade de la Hermandad. Algunas de las tareas que podemos recordar: llevar a Martos los faroles en mal estado para repararlos y recogerlos una vez arreglados, poner velas y palos a los faroles, llevar la bandera para el pregón, buscar y recoger flores en las casas de los vecinos de Estepa para el adorno floral del paso en la salida del Lunes Santo. Esto último es el motivo por el cual se sigue manteniendo en la actualidad, la presencia de Jaramagos al pie de la cruz del paso como signo de sencillez y austeridad de la Hermandad.

Mientras tanto, nuestra madre en casa también realizaba los preparativos para la Cuaresma y Semana Santa como planchar la ropa del altar, las túnicas y capillos, extender las sogas y sacar las alpargatas de esparto.
Todo esto son muchos y buenos recuerdos de nuestra infancia y juventud, que gracias a nuestro padre, nos han servido para cultivar la fe en Jesucristo y María Santísima de las Angustias y seguir los pasos de los primeros hermanos de la Hermandad.

“Nos enseño a amar a María
sin distinción de nombres,
Esperanza, Remedios, o Asunción
ponle el nombre que le pongas,
pero en sus Angustias es su mayor dolor”

Nuestra Hermandad junto con la Hermandad de Santa Anale hicieron un homenaje el pasado 26 de julio de 2007 (día de la Señora Santa Ana) en agradecimiento por la dedicación tan delicada a la Ermita y a la Hermandad. También y con anterioridad recibió el reconocimiento por su labor en el homenaje a todos los Hermanos Mayores de la Hermandad que se celebró con motivo del 50 Aniversario fundacional de la misma. 

En la Función Principal de Instituto del Domingo de Ramos del 2001 compartió con otros hermanos fundacionales de continuada entrega a la Hermandad un emotivo reconocimiento.

Manuel sigue sin faltar Domingo tras Domingo a la Ermita, a la misa dominical y además los sábados, junto a sus nietos, se acercaba para la limpieza semanal preparándolo todo para los domingos y festivos. La Ermita se trata, por tanto, de su segunda casa acogiéndose como fiel cristiano y como persona muy servicial a la Hermandad y a la Iglesia. Todo esto lo realiza con ilusión, fe y alegría, transmitiendo día a día a su familia el cariño y devoción hacia la Virgen María Santísima de las Angustias y hacia la Abuela Santa Ana.

En 2005, año en que la Hermandad cumplió las Bodas de Oro, él también quiso celebrarlas allí en la Ermita como signo de amor a su familia y a su Virgen. A pesar de muchas intervenciones médicas en el hospital, nuestro padre siempre ha confiado en su Virgen de las Angustias y en su familia que, junto a él, amamos a Nuestra Virgen como madre que nos quiere, nos protege y nos ilumina en el caminar del día a día por la vida.  

Gracias desde aquí, por todo cuanto has sabido transmitirnos de la vida, de la fe y de la Hermandad.

Redacta: Los Hijos e Hijas
      

3 comentarios:

  1. Le recordaremos siempre aunque ya no este entre nosotros desde el dia 30-5-2011, por estar con la virgen de las Angustas a la que siempre quiso y nos enseño a quererla.

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  2. Una Hermandad nos enseñó a seguir para reformar nuestra FE y nuestra vida, ÉL siempre nos enseñó que en lo sencillo y en lo pequeño estaba el Amor de Dios.
    Él siempre confió en María, la Virgen de las Angustias incluso en los momentos dificiles y en sus intervenciones quirúrgicas.

    Te Queremos Abuelo,
    de tus Nietos y Bisnietos

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  3. No me había enterado del fallecimiento de Manuel.

    A él agradezco la atención y la amabilidad que me brindó en su casa, un día del pasado año 2010, cuando mantuve una charla muy amigable con él, para que me contara ciertas anécdotas e informaciones acerca de la Hermandad, cuando me fue encargado hacer una ponencia para leerla en las VIII Jornadas de Historia de Estepa, dedicadas a las hermandades.
    Siempre lo ví cada Lunes Santo, con su dedicación dando ejemplo a las nuevas generaciones que por aquellos años sesenta y tantos, comenzábamos a acompañar a la Virgen de Las Angustias.
    Fuen un hombre bueno hasta el final de su vida, y así será recordado.
    Aprovecho este medio para que mis palabras de condolencia por su pérdida, lleguen hasta su esposa, hijos, nietos y demás familiares.
    Mi sentido pésame a todos ellos.
    Descanse en paz.

    Antonio Rodríguez Crujera

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