Hoy día 23 Enero 2011, III Domingo del Tiempo Ordinario, Dios por medio de este Evangelio nos llama a cada uno de nosotros por nuestros nombres; a unos nos llama para el Sacerdocio, otros para la formacion de una Familia Cristiana...pero nosotros, ¿Escuchamos su Palabra y la aceptamos?
María, una sencilla mujer como cualquier otra persona, aceptó la Palabra de DIOS, a pesar de las posibles opiniones de la gente. Gracias a su respuesta tan decidida y llena de alegria, con su SÍ, cambió la Humanidad porque aceptó en su Seno Maternal al Hijo de Dios quien dió su Vida hasta la Muerte en la Cruz para Salvarnos, para redimirnos del Pecado y de la Muerte.
Qué guiados por María Nuestra Madre, en la Advocación cualesquiera, sepamos sinceramente y de forma sencilla y humilde, aceptar la PALABRA DE DIOS que nos llama a cada uno por nuestros nombres. Como fue llamando a sus Apostoles; Pedro, Santiago, Juan, Bartolomé, Judas....Hoy tras 2011 años mas tarde, también nos sigue llamando para Nuevos Mensajeros de la Fe; nuevos apostoles que por sus manos, su corazon ayudan a los pueblos y ciudades a contemplar a CRISTO Vivo y Resucitado en Nuestras Vidas, en Nuestras Hermandades, en NuestrasParroquias, en Nuestras Familias y Grupos de Amigos.
Evangelio según San Mateo 4,12-23.
Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea.
Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí,
para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías:
¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones!
El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz.
A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: "Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca".
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.
Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.
Que la Juventud de Estepa y en general de Nuestra Provincia y Diosesis de Sevilla, acepten con Alegría y Esperanza esa Llamada de JESÚS para Renovar el Espíritu del Sacerdocio en Nuestra Iglesia de Sevilla, mostrándonos siempre que Cristo es la Luz de la Vida y Nunca se Apague la llama del Amor de Dios
Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea.
Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí,
para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías:
¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones!
El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz.
A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: "Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca".
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.
Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.
Que la Juventud de Estepa y en general de Nuestra Provincia y Diosesis de Sevilla, acepten con Alegría y Esperanza esa Llamada de JESÚS para Renovar el Espíritu del Sacerdocio en Nuestra Iglesia de Sevilla, mostrándonos siempre que Cristo es la Luz de la Vida y Nunca se Apague la llama del Amor de Dios
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