En Estepa. Un título como en dos partes… lo que quiero hoy reseñar es el IV Congreso Nacional de Cofradías y Hermandades de «Las Angustias» que ha concentrado un centenar y medio de cofrades de esta querida devoción popular representando un buen número de agrupaciones y la representación de nuestra tierra, con nuestras cofradías de Ávila y de Arévalo.
Cuando escribo estas líneas estamos en plena celebración de una de las fiestas marianas de más raigambre popular, de esas de toda la vida, que ya festejaba el pueblo creyente mucho antes de que la Iglesia decretara la tal celebración según la definición dogmática de la Inmaculada Concepción de María, de Pío IX, con la proclamación de la «Bula Ineffabilis Deus» de 1854. Es un caso muy especial como atestigua la amplísima iconografía histórica, esas imágenes y pinturas de «La Purísima» que tanto abundan en nuestros templos.
Pues apenas hace unos días se celebró otro acontecimiento mariano con carta de naturaleza y ya tradicional. El Congreso Las Angustias de España, en su cuarta edición, celebración bianual, y en esta ocasión la concentración fue en la ciudad andaluza de Estepa, según fue acordado en el anterior.
Estepa es una pequeña ciudad según las medidas demográficas de Andalucía, que no son las nuestras, algo mayor que Arévalo, con un casco urbano típicamente andaluz, castillo islámico en lo alto, con torre señorial de la Orden de Santiago; casas blancas en la ladera del Cerro de San Cristóbal, de calles empinadas entre la ermita de Santa Ana, la sede de Las Angustias estepeña y la iglesia de los Remedios; unas torres de ladrillo a lo barroco que sobresalen bien del caserío, que es Conjunto Histórico Artístico. Y sus aromas particulares, a mantecados, polvorones y olivos. No en vano es la cuna del polvorón, su industria y sus especialidades de fama mundial.
Una población con profundas raíces cofrades y característica semana de Pasión. Tan cerca de Sevilla y tan diferente… a mi me lo parece. He visto mesura, sobriedad, fraternidad y caridad cristiana… y mucho amor a la Madre.
Hemos vivido el traslado procesional y el regreso. Celebraciones y ponencias de gran profundidad cristiana, el verdadero sentido cofrade y la caridad. También el aspecto artístico e iconográfico. Un magnífico concierto con estreno musical. La exposición del legado artístico. Y lo más interesante… mucha hermandad… Gracias Estepa. Y la próxima, en Toledo.
Cuando escribo estas líneas estamos en plena celebración de una de las fiestas marianas de más raigambre popular, de esas de toda la vida, que ya festejaba el pueblo creyente mucho antes de que la Iglesia decretara la tal celebración según la definición dogmática de la Inmaculada Concepción de María, de Pío IX, con la proclamación de la «Bula Ineffabilis Deus» de 1854. Es un caso muy especial como atestigua la amplísima iconografía histórica, esas imágenes y pinturas de «La Purísima» que tanto abundan en nuestros templos.
Pues apenas hace unos días se celebró otro acontecimiento mariano con carta de naturaleza y ya tradicional. El Congreso Las Angustias de España, en su cuarta edición, celebración bianual, y en esta ocasión la concentración fue en la ciudad andaluza de Estepa, según fue acordado en el anterior.
Estepa es una pequeña ciudad según las medidas demográficas de Andalucía, que no son las nuestras, algo mayor que Arévalo, con un casco urbano típicamente andaluz, castillo islámico en lo alto, con torre señorial de la Orden de Santiago; casas blancas en la ladera del Cerro de San Cristóbal, de calles empinadas entre la ermita de Santa Ana, la sede de Las Angustias estepeña y la iglesia de los Remedios; unas torres de ladrillo a lo barroco que sobresalen bien del caserío, que es Conjunto Histórico Artístico. Y sus aromas particulares, a mantecados, polvorones y olivos. No en vano es la cuna del polvorón, su industria y sus especialidades de fama mundial.
Una población con profundas raíces cofrades y característica semana de Pasión. Tan cerca de Sevilla y tan diferente… a mi me lo parece. He visto mesura, sobriedad, fraternidad y caridad cristiana… y mucho amor a la Madre.
Hemos vivido el traslado procesional y el regreso. Celebraciones y ponencias de gran profundidad cristiana, el verdadero sentido cofrade y la caridad. También el aspecto artístico e iconográfico. Un magnífico concierto con estreno musical. La exposición del legado artístico. Y lo más interesante… mucha hermandad… Gracias Estepa. Y la próxima, en Toledo.
Fuente: Diario de Avila
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